1. LA NATURALEZA SIEMPRE PRESENTE
La mayoría de nosotros vivimos en grandes o medianas urbes, muchas veces no porque nos guste, sino porque es donde tenemos nuestro trabajo o familia.
Los viajes de aventura son una oportunidad muy especial, no solo para entrar en contacto con la naturaleza, sino para descubrir las maravillas naturales que alberga el planeta; Ríos, lagos, montañas, selvas, cascadas, playas… y un monton más con los que quedarte asombrado, descubrir la gran cantidad de animales con las que compartes hogar, y comprender tu lugar y tu resposabilidad en la conservación de todo ello, son más que razones para embarcarte en esta aventura de viajar.
2. DESAFIAN TU ZONA DE CONFORT
Somos de los que pensamos que las experiencias más fascinantes y emocionantes, aquellas que sueles recordar durate mucho tiempo y que contarás como anécdotas a tus hijos o nietos, son aquellas que están al otro lado del miedo y el confort.
Y no, no es facil enfrentarse a aquello que no conocemos, porque nos da miedo.
Nos da miedo que no seamos capaces de hacer determinadas cosas, que se rian de nosotros, que no nos entiendan, que nos vean como bichos raros, o simplemente no encajar con la gente. Lo bueno de los viajes de aventura es que te ayudan a salir de esa zona en la que tienes todo controlado y te animan a hacer cosas nuevas que no se te pasarían por la cabeza en tu día a día, desde deportes de aventura, autostop, comunicarte en ingles u otros idomas, regatear.
3. TE DIVIERTES Y CONOCES GENTE NUEVA
¿Cuantas veces te ha pasado que has terminado haciendo lo mismo unas vacaciones más porque nadie te acompaña y no te vés viajando solo/a?
Si algo tienen los viajes de aventura, es que son de todo menos aburridos. La gran variedad de experiencias y de destinos a los que puedes optar hacen que por muchos que hagas, nunca sientas que estas haciendo lo mismo, sino todo lo contrario, a menudo te encontras deseando de tener vacaciones para embarcarte a una nueva experiencia en cuanto tengas tiempo y dinero.
Por si fuera poco, son viajes en los que hacer nuevas amistades, ampliar tus circulos sociales, y conocer personas que muchas veces mantendras cuando vuelvas, y que a menudo se asemejan a ti en el momento que están viviendo en sus vidas, y su forma de ver el mundo.
4. UN VIAJE DE AVENTURA ES TAMBIEN UN VIAJE TRANSFORMADOR
Viajar a la aventura, no solo es viajar para descubrir lugares y personas, es también un viaje hacia uno mismo.
Lo bueno de vivir experiencias, y no solo observarlas, es que te hace pararte a pensar. Es en esos momentos, cuando estas a miles de kilómetros de tu casa, en ese lugar recóndito en el que nunca te imaginaste acabar, cuando eres capaz de mirar a tu vida, y verla desde una perspectiva global, como un todo, o por lo menos desde una mucho más amplía de lo que normalmente eres capaz en tu rutina.
Viajar a la aventura te deja tiempo para algo muy importante, y tan descuidado en nuestro día a día en casa, pensar. Y es que pasamos tanto tiempo conectados a la televisión, las redes sociales, las cañas, los amigos, el trabajo… que cuando nos damos cuenta es dificil salir del bucle, y sin saber muy bien el porqué, poco a poco comenzamos a sentir los efectos del estrés.
Dicen que la calidad de tu vida esta estrechamente relacionada con la calidad de las preguntas que te haces a tí mismo. Por ello, pararse a pensar desde la perspectiva que te ofrece la distancia, es más que recomendable (aunque todavía no lo receten los médicos) para dar forma a los montones de preguntas que llevas tiempo evitando, y comenzar a tomar decisiones que te lleven hacia una nueva etapa de tu vida, nuevas metas o mejores relaciones contigo mismo/a y con los los que te rodean.
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